jueves, 5 de junio

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Barricada Cultural

 

Personas, personajes y máscaras

por L. Mariano Carmona Rodríguez

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Es posible que ya sepan que el término persona proviene del latín y que significa máscara, como las usadas en el teatro en la época romana. Esta etimología no es casual para la psicología y requiere una reflexión interesante.

La personalidad es un constructo psicológico referido al conjunto de características psíquicas, a repertorios básicos o patrones de conductas de una persona. Posiblemente alguno se pregunte por qué se utiliza el término persona (= máscara) para referir el constructo personalidad, como elemento superficial, intercambiable y adaptativo del ser esencial dependiendo de la situación. Igual que en el escenario, donde cada actor usaba una máscara para interpretar un personaje, en la vida, cada persona usa una máscara para interpretar un personaje. Visto así, podemos afirmar que no somos auténticos sino que representamos papeles, actuamos según las circunstancias y según sea el juego o la escena a representar, usaremos unas máscaras u otras.

La búsqueda de la autenticidad interior no es fácil ni simple, todo lo contrario, es un camino laborioso y complejo y alcanzar este conocimiento interior, nos puede servir para conocer cómo somos y cuántos personajes manejamos en la escena teatral. Nuestro repertorio de personajes se forma como si de una cebolla se tratara, donde cada capa sirviera de defensa protectora de la esencia del SER, que es a su vez nuestro talón de Aquiles y nuestro molde de arcilla para trabajarnos.

La vida cotidiana nos pone a prueba a cada instante, cada situación nos da la opción a comportarnos de una u otra forma, a mostrarnos con un determinado personaje o por el contrario, a ser auténticos. Si no nos conocemos a nosotros mismos, lo más probable es que nos comportemos como uno de los personajes que manejamos (aunque sería más correcto decir que son estos personajes quienes nos manejan a nosotros puesto que las situaciones son las que automáticamente sacan a escena, a un nivel exclusivamente mental, el personaje “enmascarado.

Personajes hay varios y éstos a su vez están compuestos de  patrones de conducta o comportamiento y que pueden ser negativos o positivos, con lo que la “personalidad” se sitúa como un constructo complejo, abierto, dinámico y enigmático.

Conócete a ti mismo y alcanzarás la sabiduría, aforismo filosófico con el que comencé mi andadura en esta sección periodística. Es a este conocimiento interior al que me refería cuando quise expresar el “conócete”. Saber cuáles son los patrones, los personajes, las rutas de comportamiento que nos manejan como si de pequeños diablillos se trataran, nos darán el poder de ser auténticos. Pero esta voluntad no es una cuestión solamente mental, sino que es un estado de conexión integral de las partes del ser (mente, emociones, cuerpo y consciencia), y ese SER integral será quien pueda por fin, una vez que lo conozcamos, dirigir nuestra vida.