“Asombróse un portugués.
Al ver que en su tierna infancia.
Todos los niños de Francia
sabían hablar francés.
Arte diabólica es
Dijo torciendo el mostacho
Que en un Hidalgo en Portugal
Llega a viejo y lo habla mal
Y aquí lo parla un muchacho”…
Moratín, Nicolás Fernández de
Lo que dice este poema lo debió pensar Ana Botella referido a la lengua inglesa.
Aparte del ridículo de “Bottle” (léase “beitol” o como a cada uno le apetezca) con el manejo del idioma y mucho más allá del bochorno que provoca su incomprensible gesticulación, a uno le va quedando la sensación tristísima de que nos hemos puesto ante un espejo. Quiero decir que no es tan trascendente que una alcaldesa no sepa hablar inglés cuando la ignorancia de ese idioma es algo sintomático de nuestra sociedad, y es, sin lugar a dudas, una de las grandísimas lagunas de nuestro desastroso sistema educativo. (Lo pongo en minúsculas porque un Sistema Educativo que no contempla materias como el segundo idioma o la música entre sus disciplinas vehiculares, es un sistema bastante minúsculo).
La grandeza de una Sociedad se mide por su Cultura, y una de los parámetros con los que se mide esa Cultura es el conocimiento de diferentes lenguas. Resulta paradójico que un país (si quieren un Estado) en el que se hablan al menos cuatro idiomas (no los relaciono, venga, a pensar un poco!!!), se resista tanto el aprendizaje de una lengua foránea como es el inglés. Tal vez el español, con su tendencia autárquica, considere que el suyo es un idioma suficiente para andar por el mundo, y a fe mía que lo es, pero es absurdo este razonamiento en un mundo en el que sabemos que es el inglés la lengua de referencia, dejémonos de gaitas.
Hablaba del Sistema Educativo y ahí encuentro la clave del déficit lingüístico. No se comprende aún cómo no se ha implantado el bilingüismo de modo universal. Mientras esto no ocurra nuestra educación seguirá siendo “Ancien Régime”. Sé que me cargo al gremio de docentes si considero que nadie, nadie, nadie, debería ocupar un aula sin saber exponer su materia en dos idiomas. Lo siento, es mi opinión, y creo que no ofende. También los “enseñantes” son víctimas del caos educativo. Hasta el conserje del más pequeño instituto, de la más minúscula escuela debería saber al menos dar los buenos días en inglés.
Uno va a pensar mal y a pensar aunque sea para hacerse preguntas: ¿Oiga, a quién beneficia que se aprenda más inglés acudiendo a una academia del que se aprende en la enseñanza reglada?; ¿Oiga, quién hace lobby para que las películas rodadas en habla inglesa en España se exhiban dobladas?; ¿Oiga, por qué los portugueses lo hablan con tanta soltura?; ¿Escúcheme, he visto a un palestino de los que tiran piedras a tanques israelíes y lo habla fluidísimo, por qué? ¿Los nórdicos, y hasta los latinoamericanos, africanos, asiáticos, lo usan comúnmente incluso en estamentos sociales bastante bajos, a qué se debe?
A lo último diremos que Ana Botella (“battel” leído) hizo lo que haría cualquier españolito de a pie, lo que pasa es que a un político de élite se le supone un nivel un poquito distinto ( dejémoslo en distinto), y tomemos la frase famosa del santo Billy Wilder cuando le preguntaron. “Señor Wilder, cree usted que los directores deberían saber escribir ( los guiones se supone)?” “ Me conformaría con que supieran leer” respondió el maestro. Si me pregunta alguien. “¿crees que los políticos españoles deberían saber hablar inglés?”, respondería como Wilder, me conformaría con que supieran leer aunque fuera en castellano.
P.D. Me gustaría escuchar los discursos de los alcaldes de Tokio y Estambul, por comparar más que nada!!!!