viernes, 26 de abril

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Barricada Cultural

 

The kiwi horror picture show

por Fernando Aceytón Sorrentini

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Ha causado honda impresión en el orbe occidental la matanza perpetrada en dos mezquitas de la ciudad neozelandesa de Christchuch. La Primera Ministra del país ha pedido varias veces perdón tocada con un hiyab y pronunciando incluso unas palabras de homenaje en árabe. La Organización para la Cooperación Islámica (OIC) reunida en Estambul ha reclamado medidas concretas para luchar contra la islamofobia. Bien. Lo que ya no está tan bien es que un tipo como Erdogan se despache diciendo que “los australianos y neozelandeses que albergaren sentimientos antimusulmanes serían devueltos a su país en ataúdes.”

Lo anterior viene a cuento de que uno echa mucho de menos idéntica trascendencia mediática cuando los muertos profesan la otra gran religión monoteísta, es decir, cuando son cristianos. Masacrados, reventados, desventrados por explosivos en lugares de culto en países como Nigeria, Siria, Irak o Egipto. Perseguidos en otros muchos países de mayoría musulmana o en lugares tan demócratas como China (¡qué majos los chinos!). Occidente, y especialmente Europa, se mofa de sus símbolos cristianos, olvidando su origen de forma suicida. Profesamos un miedo cerval al Islam más radical, mientras que muchos valientes de tres al cuarto dentro de la UE se descojonan de los sentimientos religiosos de sus congéneres. Llegaremos lejos.

Al hilo de lo anterior, me gustaría llamar la atención acerca de un caso que revela bien a las claras la falsedad y la inmoralidad que se esconden tras algunos movimientos de aparente noble cariz, tan en boga en los ultimísimos tiempos. Nasrin Sotoudeh es una letrada iraní, defensora de los Derechos Humanos, y particularmente de los derechos de las mujeres. Fue Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo en el año 2012; ha ejercido la defensa de activistas de la oposición en su país y la libertad de expresión donde no existe, asumiendo la defensa de mujeres procesadas por quitarse el hiyab y de destacadas personalidades defensoras de los Derechos Humanos, como la Premio Nobel de la Paz 2013, Shirín Ebadí.

Nasrin Sotoudeh fue condenada en Irán a una elevada pena por su labor en pro de la dignidad humana; dicha sentencia se ha visto agravada por una segunda, dictada por el mismo Tribunal: 38 años de prisión y 138 latigazos. Sí, han leído bien. Estos píos clérigos chiíes. Luego hablarán de islamofobia.

Nadie, ningún medio, se ha hecho eco de la noticia, que yo sepa. A salvo un comunicado emitido por el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM). Excuso decir que tampoco ninguna de nuestras feministas de guardia (ni una, oiga), ni de las lideresas de opinión de este país, esas que nos dan la rula mañanera con cualquiera de los temas más estrambóticos e irrelevantes que imaginarse pueda.

El vino de la semana es precisamente un homenaje a Nueva Zelanda. No todos los años se produce el mágico fenómeno de la botrytis en los Riesling de la zona de Waipara, pero cuando sucede, como en el año 2016, con un verano perfecto y un cálido otoño, dicha botrytis noble se trabaja como en Alsacia o en Alemania. El resultado: el Pegasus Bay Encore Noble Riesling. Rico, untuoso, elegante, de equilibrada acidez, delicado, fresco y vivaz. Maravilloso.

Sigan con salud.

 

Foto: tercerainformacion.es