sábado, 20 de abril

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Barricada Cultural

 

Noche de San Juan

por María Delgado

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Este año, por primera vez en muchos, no asistiré a ningún festejo de San Juan. Tengo programado un viajecito de fin de semana, y estaré lejos de mi zona habitual, con lo que esas fiestas a las que estoy acostumbrada me quedarán lejos.

Aquí lo clásico para esta jornada es hoguera a media noche, y sardinas asadas sobre pan de maíz. ¡Que a mí me encantan! Estoy de verdad apenada por perderme la fiesta, pero las cosas vinieron así.

Desde que recuerdo, siempre he asistido a las hogueras. Cuando era niña, ya nos llevaba mi madre a ver alguna de las hogueras de la zona, y comíamos las sardinas que solían preparar las asociaciones de vecinos. Era muy emocionante. Una noche en que te dejaban acostarte tarde, había bullicio…y hasta te dejaban beber una Coca-Cola, algo no tan habitual en mi infancia.

También recuerdo a mi madre poniendo en la ventana la tina con las famosas “siete hierbas de San Juan” en agua, para recoger en ellas el rocío de la mañana, y lavarnos con esa agua la cara. La tradición dice que lavarse con el agua milagrosa es buena para purificar la piel y protegerte de las enfermedades en general. Además, por el lado mágico, te protege contra las hechicerías, envidias y males de ojo. Se dice que esa noche es el propio San Juan Bautista el que bendice el agua.

Ya de mayor íbamos a ver las hogueras un poco más lejos. A las playas, donde las hogueras son más pequeñas y se pueden saltar mejor para echar las brujas fuera, como manda la tradición. Con el tiempo, estas hogueras de playa —masificadas a tope— se han ido convirtiendo —por desgracia— en un gigantesco botellón, que poco o nada tiene que ver con el auténtico espíritu de las celebraciones de San Juan. Así que las abandoné, para volver un poco a los orígenes.

Desde hace ya años, nuestro destino suele ser una hoguera en algún pueblo o parroquia de las afueras, donde no vaya una gran cantidad de gente, y por supuesto, donde tengan las imprescindibles sardinas. ¡Es que una noche de San Juan sin sardinas asadas no es nada!

Las hierbas, pues hay años que me acuerdo de conseguirlas y ponerlas en la ventana, y otros no. Nunca he sabido distinguirlas bien, ni dónde encontrarlas exactamente, así que mi táctica ha sido siempre muy prosaica: comprarlas en la plaza de abastos, en manojos ya preparados. A estos manojos les llaman “cachos”, y se componen de hierba de San Juan o abeloura, hinojo, malva, hierba luisa, romero, codeso, y helecho macho. También hay quien le añade saúco, o rosa silvestre, incluso otras hierbas.

Para el agua, la mayoría usa la del grifo, que es la que tienes más a mano, pero lo ideal es agua de una fuente. Incluso algunos prefieren mezclar el agua de siete fuentes distintas, que ya sabemos que el siete es un número mágico, y la de San Juan, la noche más mágica del año.

Aparte de saltar sobre las hogueras, y lavarse con el agua de San Juan, existen otros rituales asociados a esta noche del solsticio de verano, como bañarse de madrugada en el mar, que te garantiza buena salud todo el año, y se eliminan las malas energías. Para pedir un deseo, se puede poner muérdago bajo la almohada o una rama de hiedra, con un papel al lado en el que habrás escrito un deseo. Se deja encendida una vela blanca hasta que se consuma, y por la mañana, enterrarás los restos, y lo de debajo de la almohada todo junto para que ese deseo se cumpla.

En mis ya lejanos años de estudiante en Compostela hacíamos un ritual que consistía en escribir en tres papeles los nombres de tres chicos que nos gustasen, y doblarlos de modo que quedasen de igual tamaño. Al llegar las doce de la noche, metíamos al azar uno debajo de la almohada, otro en un cajón de la mesilla de noche, y el tercero por fuera de la ventana. A la mañana siguiente, los desdoblábamos. El de la almohada sería tu gran amor; el del cajón, un buen amigo; y el de la ventana saldría de tu vida. Debo confesar que al menos para mí, el ritual nunca surtió efecto.

Existen muchos más conjuros, claro, pero ésos son los más comunes. Y el que funcionen o no tiene mucho que ver también con la fe que cada uno tenga en su magia.

En Ciudad Real vais a encender hogueras en algunos barrios, ¿verdad? Espero que disfrutéis mucho de esta noche tan mágica, y que vuestros deseos se cumplan. Sólo el hecho de que empiece el verano, ya es motivo suficiente de celebración, ¿no creéis?

¡Nos leemos!

 

Foto: blog.fuertehoteles.com