viernes, 23 de mayo

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Barricada Cultural

 

La nueva Santa Compaña

por Mercedes De Miguel González

Imprimir noticia

Los tiempos cambian que es una barbaridad, como dijo don Hilarión en la célebre zarzuela “La Verbena de la Paloma”. Todo se moderniza y adecúa a los adelantos tecnológicos. Del carro de bueyes se pasó al tractor, de los anteojos a las lentillas, del lapicero al teclado del ordenador, de las sanguijuelas a la cirugía… Y de la Santa Compaña a esto otro.

En su origen, esa procesión de almas en pena que circulaban en dos hileras, envueltas en sudarios y portando velas, anunciaban al incauto que se cruzaba con ella una próxima muerte, tal vez la suya o la de algún ser allegado. El sorprendido caminante no podía hacer otra cosa que tirarse al suelo boca abajo, rezando para que el espectral grupo no le pasase por encima. Si no tenía suerte, le tocaba encabezar la comitiva hasta encontrar a otro insensato que tuviera la mala fortuna de toparse con el cortejo para endilgarle el muerto (nunca mejor dicho).

Estas son las características actuales del grupo fantasmagórico:

1) Van en fila india de a uno, mayormente porque suelen hacerlo por aceras estrechas, en lugar de por senderos boscosos.

2) La marcha no la encabeza un alma en pena, sino una persona vivita y coleante que suele ser el «fuguillas» del grupo y el que siempre elige la ruta.

3) En lugar del sudario, los pies descalzos y las manos gélidas, portan chándal, chaleco reflectante y una linternilla con la que van proyectando destellos sobre el pavimento a velocidad vertiginosa, para advertir a los vehículos de su presencia, no con ánimo intimidatorio, sino para evitar un atropello. En el colmo de la sofisticación, algunos lucen una especie de muñequeras con luz compradas en el Decatlon. Huelga decir que, hasta que este nuevo movimiento se ha ido popularizando, muchos conductores han sufrido un shock pensando que se trataba de alienígenas recién llegados a la Tierra, sobre todo en zonas de escasa visibilidad, que suelen ser las que habitualmente eligen para sus paseos nocturnos. Y es que, en medio de la noche, los focos del automóvil iluminan unas rayas fosforescentes, verdes o anaranjadas, que se mueven solas, y unas luces como las de Encuentros en la Tercera Fase sobre el asfalto. Así no es de extrañar el impacto brutal en los conductores.

4) Por último, decir que hay un cambio en su denominación, que ha pasado a nombrarse como «Ruta del colesterol», puesto que la finalidad de estos agrupamientos en nuestra época es practicar el saludable ejercicio de la caminata para poder llegar al bar que se encuentra a dos kilómetros (incluso más) y meterse entre pecho y espalda una buena taza de vino del país —en Galicia, en los bares menos sofisticados, ponen el vino en tazas, no en copas—, o dos, si se tercia, con lo cuál, al regreso, los que ven «luces raras» son ellos.

 

Foto: investigacionesocultas.blogspot.com