sábado, 26 de abril

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Barricada Cultural

 

Cuatro películas... Hazañas bélicas (IV)

por Alicia Noci Pérez

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Terminamos esta serie con lo que sería el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial: el desembarco de Normandía. Un acontecimiento sin duda histórico aunque, por supuesto, necesitara de una serie de circunstancias más para ser lo que fue, el inicio del fin de la Alemania nazi.

Y es que no consistió todo en desembarcar y, una vez tomadas las playas, avanzar en un paseo triunfal mientras el enemigo corría despavorido; nada más trágicamente lejos de la realidad, aún quedarían muchas bajas que añadir a las 12000 (entre muertos, heridos y prisioneros) que contaron los aliados aquel día (6000 de Estados Unidos, 3500 de Gran Bretaña, 987 de Canadá, 630 de diferentes países); Alemania registró 6000 bajas (2000 muertos, 4000 prisioneros). Y no podemos olvidar a 10000 civiles que cayeron bajo los bombardeos aliados. Todo eso en apenas catorce horas. Consideren que la Operación Overlord, su nombre en clave, se inició el 6 de junio de 1944 y Alemania se rindió el 8 de mayo de 1945.

Sin lugar a dudas, fueron catorce horas muy intensas y dieron para mucho que contar. Lo que se ha escrito al respecto es, lógicamente, infinito. Pero uno de los grandes relatores fue Cornelius Ryan, periodista irlandés que trabajara como corresponsal durante la Segunda Guerra Mundial. Metido luego a escritor, es autor de “El día más largo”, “La última batalla” (sobre la batalla de Berlín) y “Un puente lejano” (acerca de la Operación Market-Garden llevada a cabo en Holanda). No conozco las dos primeras, pero lo haré porque estoy leyendo la última y es, para mi gusto, una obra magnífica, perfectamente documentada, con miles de testimonios, no es una novela, pero mantiene la emoción como si lo fuera y siempre estás deseando saber cuál será el paso siguiente. Estoy convencida que ocurre igual con las anteriores.

Pues bien, “El día más largo” sirve de inspiración a la película del mismo título que hoy traemos como protagonista. Film del año 1962, podemos definirlo más que bélico, épico. Tuvo tres directores: Ken Annakin, de la parte británica, Andrew Marton de los episodios americanos y Bernhard Wicki de los alemanes. Y el plantel de actores es de alta graduación: John Wayne, Robert Mitchum, Henry Fonda, Richard Burton, Sean Connery, Robert Ryan, Peter Lawford, Robert Wagner, Sal Mineo, Mel Ferrer, Paul Anka, Jeffrey Hunter, Eddie Albert, Richard Beymer...

Basándose en el libro que les comentaba, no puede por menos que ser una película minuciosa que, como ocurría también con “La batalla de Inglaterra”, nos ofrece un resumen muy completo de las diferentes fases de aquel día.

Los momentos previos: tres millones de hombres acuartelados, 96000 de ellos esperando el primer ataque bajo una incesante lluvia. La preocupación de los altos mandos aliados por las previsiones del tiempo. El mariscal Rommel (a quien da vida Werner Hinz), responsable de la Muralla Atlántica, preparando las costas de Normandía con todas las defensas de que pudo disponer, ya que estaba convencido de que la invasión iba a ser por ahí, aunque Hitler pensara empecinadamente que sería por el Paso de Calais; su idea era que los aliados no consiguieran salir del agua y suya es la frase que da nombre a la película, “El desembarco se resolverá en la playa, y será el día más largo de toda la guerra”. La labor de la Resistencia Francesa, volando postes de telégrafo y vías férreas. Y, una vez decidido el día 6, la exposición de la táctica.

La primera fase, la del lanzamiento de planeadores británicos sobre el estuario del río Orne, a fin de tomar el puente Pegasus y mantenerlo hasta ser relevados, cosa que lograron. El intenso bombardeo desde Cherburgo a Caen, que originaría millares de muertos. Y después, el lanzamiento en paracaídas de divisiones aerotransportadas (infantería paracaidista), cuyo aterrizaje, en muchos casos, fue bastante accidentado y disperso. John Wayne interpreta al coronel Benjamin Vandervoort, responsable de la 82ª División Aerotransportada que protagonizaría un triste episodio cuando fueron lanzados sobre la localidad de Saint Mère-Eglise. Los alemanes les esperaban abajo y los acribillaban sin llegar a tocar el suelo; sólo sobrevivió un soldado que quedó colgado del campanario con su paracaídas. Esta escena se recrea en el film protagonizada por Red Buttons.

Un poco antes de las 6 de la mañana, el comandante Werner Pluskat (interpretado por Hans Christian Blech), con su pastor alemán al lado, fue el primero en divisar, desde un búnker en la playa, los 6000 barcos que se dirigían hacia ellos. De pronto, comenzó un intenso cañoneo naval unido al bombardeo de los más de 1600 aviones. Al mismo tiempo, se lanzaban al agua las barcazas que transportarían a los soldados hacia las diferentes playas.

Éstas recibirían nombres en clave como Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword. En ellas, junto a los acantilados de Pointe du Hoc, se librarían batallas con suerte desigual en cuanto a la resistencia que encontraron. Sin duda, la peor y más sangrienta fue la de Omaha. Allí, atascados durante horas, los que no habían muerto o estaban heridos se mantenían pegados a la pared de la Muralla Atlántica. Finalmente, el general Norman Cota, interpretado por Robert Mitchum, dirá aquello de “Sólo dos tipos de hombres van a quedarse en esta playa, los que ya están muertos y los que van a morir”, una arenga que al parecer infundió valor; los hombres recogieron todo el material explosivo que pudieron y, aún a costa de muchas vidas, consiguieron abrir una brecha en el muro y salir de la playa a las 14:00h, poniendo fin a aquel largo día. Rommel volvió a tener razón.

La película, además, se fija en detalles como los muñecos paracaídas que explotaban al llegar al suelo y que se lanzaron a fin de despistar a los alemanes, lo que consiguieron en un principio; o el famoso juguetito que hace el ruido de la rana, con el que los paracaidistas debían reconocerse en la oscuridad de la noche. Por supuesto, el poema “Canción de otoño”, de Verlain, que se empleó como clave en la radio para indicar a la Resistencia que iba a comenzar la invasión: “Los largos sollozos de los violines del otoño / hieren mi corazón con monótona languidez”. Incluso los tambores con que se iniciaban las retransmisiones de la BBC pueden oírse aquí.

También el cúmulo de circunstancias que sucedieron en el bando alemán y que propiciaron el éxito de la operación, como que Rommel se marchara a celebrar el cumpleaños de su esposa y regalarle unos zapatos parisinos, porque quién iba a intentar nada con ese tiempo. Por la misma razón del clima se marcharon muchos oficiales de permiso. Se relata el vuelo que realizaron dos Messerschmitt en solitario sobre la playa de Omaha, debido al traslado de muchas tropas alemanas desde aquella zona. Y, por supuesto, el miedo de todo el mundo a despertar a Hitler, lo que provocó que se reaccionara demasiado tarde por parte del ejército nazi.

En fin, resumir esta monumental operación es, sin duda, complicado. Una hazaña bélica compartida por muchos hombres, muchos de los cuales aún permanecen en la veintena de cementerios de diversas nacionalidades que se levantaron en Normandía. Quizás el más conocido es el americano de Coleville, frente a la playa de Omaha, con más de 9000 cruces blancas. Les animo a ver la película que, como les digo, ofrece un estupendo resumen. Y, por supuesto, si quieren saber algo más, a leer el libro de Cornelius Ryan.

Termino hoy con la primera frase de la marcha de los títulos de crédito, en homenaje a ese lado más humano que pretendía con esta serie. Aunque la música era de Maurice Jarre, esta canción la compuso Paul Anka: “Muchos hombres vinieron aquí como soldados”.

 

Foto: quemirar.com