viernes, 19 de abril

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Barricada Cultural

 

Bendecidos con el don de la agresividad

por Ignacio Gracia

Imprimir noticia

Al hilo de los recientes acontecimientos de Barcelona reflexiono sobre el mensaje inicial que aparece en una de las últimas películas de Eastwood, el francotirador. El padrastro del protagonista le inculca una severa educación, y le dice que el mundo se divide en tres tipos de personas: lobos, corderos y perros pastor. Los lobos encarnan el mal, los que tienen la agresividad en su código genético, los que matan a los corderos por hacer daño. Las ovejas son la masa, asustadiza por naturaleza, siempre en un rebaño e incapaz de defenderse. Para ello están los perros pastor, los perros policía. Estos están bendecidos con el don de la agresividad, pero además con la firme determinación de proteger al rebaño. Son también guerreros, pero asumen que solo usarán la violencia para defender al rebaño de los lobos. Paradójicamente las ovejas temerán y recelarán de los perros policía, porque en su naturaleza está huir de aquellos que pueden usar la violencia, incluso para proteger sus vidas. Incluso muriendo por ellos. Suele ocurrir que en la masa del rebaño consideren por igual a lobos y a policías. Salvo cuando la cosa se pone cruda. Como ahora.

Aparentemente somos una enorme masa de millones de ovejas pastoreadas por políticos cobardes y avariciosos. Es el lugar ideal para usar como despensa por los lobos. Pero amigos, los que hoy somos ovejas no siempre lo hemos sido. Quizás son nuestros gobernantes quienes nos han convencido que somos ovejas. Desde siempre, más fáciles de gobernar. Beeeee. Beeeeeeee.

Pero hay algo que no encaja en este engaño. Cuando miro atrás en la historia que muchos quieren olvidar veo un patrón, Santiago, con un apelativo nada pacifista, ganado desde hace muchos siglos. Somos un pueblo que tenemos enraizada la guerra en nuestro código genético. A lo largo de la historia los soldados de esta mezcla de territorios y culturas que hoy llamamos España han dado sobradas razones para ser considerados la mejor infantería del mundo. A pesar de tener los peores gobernantes, o precisamente por ellos. Mal pagados, indisciplinados, hambrientos, zarrapastrosos. Cuando lo que se deja a la espalda, la miseria del pueblo es mucho peor que el ejército que se tiene delante, la decisión es fácil. Cuando para cobrar la paga hay que desvalijar los cadáveres de los enemigo caídos. Todo ello cocinado a fuego lento con hambre, miseria y gobernantes ladrones nos ha seleccionado como una nación de perros pastor. Y quizás, quizás de lobos dormidos. Y a lo largo de nuestra maldita y bendita historia se pueden poner ejemplos como Viriato, don Pelayo, Díaz de Vivar. No justifico nada de lo que hicieron políticamente, solo hablo de la raza de guerreros con las que los lobos se quieren jugar los cuartos. Y de hecho si a lo largo de estos siglos expulsamos a lo árabes o a los judíos -posiblemente nuestros mayores errores como pueblo-, era porque ellos eran tan españoles como nosotros. Fue una decisión política. Pero no piensen en estos términos miserables, hablo de los guerreros. Hablo del barco de soldados vascos que se sacrificó en Malta para salvar el asedio turco y permitir que los demás barcos escapasen. Gritaban “Gora España” y “Santiago Bai”. Hablo de la resistencia de

Blas de Lezo –el medio hombre- ante una inmensa flota inglesa que ya había acuñado monedas de la derrota. Monedas que nunca reflejaron un acontecimiento histórico porque tuvieron que retroceder con el rabo entre las piernas. Hablo de los soldados que liberaron París, los españoles de la nueve, que escaparon de los campos de concentración franceses para enrolarse en la resistencia y luchar por la Francia que los maltrató y por un país que ya no existía. Los que fueron olvidados por vencedores y vencidos al ser su historia tan incómoda. Hablo de los 5000 miembros de la división azul que lucharon con armamento ligero frente a 44000 rusos con tanques y aviación en un frente de Stalingrado: Krasni Bor. Causaron 14000 bajas, y cuando ya sin munición peleaban a punta de bayoneta, solicitaron fuego de artillería sobre las propias posiciones para mandar a todos al carajo. Y ahora a seguir combatiendo si tienes arrestos, Ruski. A 32 bajo cero que hace fresquete. Hicieron retroceder 3 km el frente ruso durante un año. A las mujeres que tiraban de navaja para degollar franceses en la guerra de la independencia. Tantos, tantos ejemplos… ¿De verdad creéis que porque nuestros dirigentes digan que somos mansos lo vamos a seguir creyendo mucho tiempo? En la rendición de Rocroi permitieron a los tercios conservar armas y banderas no por romanticismo bélico, sino por temor a las bajas que causaban los españoles cuando morían defendiéndose como gatos panza arriba. Como leones heridos.

Hoy habéis entrado en el cercado y habéis matado a muchas ovejas. Pero no contáis con dos cosas. Una es nuestra genética. Otra nuestro entrenamiento. Llevamos miles de años en guerra, como vosotros. Al contrario que nuestros vecinos, la lacra del terrorismo nos ha hecho tener afinados y afilados los sentidos. Y a pesar de ser despreciados, mal pagados, insultados por algunos y ninguneados, nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad siguen siendo la mejor infantería del mundo. Os pongo un último ejemplo. Un mosso d'esquadra, ex legionario. Cuatro yihadistas abatidos de cinco. No está mal. ¿Vais a despertar a cuarenta millones de perros pastores dormidos?