viernes, 16 de mayo

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Barricada Cultural

 

Tebeos colgados con pinzas de la ropa

por Ignacio Gracia

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Toda mi vida he sido un lector voraz. He leído todo lo que he podido, sin censuras, sin prejuicios, dando oportunidades a libros y a sus autores. Y cada vez que miro atrás he de reconocer la enorme importancia que tuvieron los cómics –los tebeos- en mi formación literaria. Algo que quizás no aprovechamos para inculcar la lectura a los jóvenes, su gran laguna, su limitación más importante. El hábito que en mayor medida da alas a la libertad de las personas, o cuya ausencia nos hace cada vez más esclavos. El personaje de 1984, el mejor y peor libro que he leído -no, el programa de televisión NO-, trabaja eliminando palabras de los diccionarios para esclavizar a la gente, porque un pueblo con el lenguaje limitado y controlado es fácil de someter. ¿Nos recuerda a algo la situación actual de la limitación de caracteres de twitter o la censura de la pistola de agua de WhatsApp? Imposible.

Empecé a hojear comics porque me partía de risa con los dibujos de Mortadelo y Filemón. Aprender a leer para descubrir lo que decían mis primeros héroes fue mi aliciente. Recuerdo comprar tebeos antiguos colgados con pinzas de ropa que decoraban quioscos estrechos repletos de botes con peta-zetas, nubes blancas y rosas, papeletas en las que siempre ponía siga jugando, sobres de montaplex, chicles bazooka o barras de regaliz que seguro hicieron rico a más de un dentista. Luego llegaron muchos libros, muchos. Pero es curioso, si he de ser sincero, los mejores libros que he leído en la última década, salvo algunas honrosas excepciones, eran lo que ahora se llaman novelas gráficas. Cómics, vamos, tebeos de toda la vida. De la biblioteca pública de Ciudad Real.

No exagero. Puestos en el mismo montón para evaluarlos literariamente, mejor calidad los cómics. Muchos no están solo destinados a niños, obviamente. Y ocurre algo especial con este género de segunda: que por ser poco importante, con poca difusión, no tiene censura. Y por esa rendija se cuelan cosas que no se dirían en otro medio.

Uno de los mejores ejemplos era un cómic editado por el antiguo régimen: Trinca. El proyecto era difundir las ideas franquistas en una revista gráfica de gran calidad apuntándose a la modernidad. Gran error, porque como era del régimen no tenía censura, por lo que dibujantes como Víctor de la Fuente (Haggarth, Haxtur), o Hernández Palacios (Manos Kelly, El Cid) crearon un espacio de libertad, rebeldía e innovación cultural imposibles para aquella época. Fueron mundialmente reconocidos y precursores del concepto actual de novela gráfica. Especialmente como se entiende en Europa, algo más que simples historias de superhéroes.

Y efectivamente sería muy complejo desarrollar en un libro o en una película para niños una historia como la de Mauswichtz, ratones nazis en un campo de concentración. Os desafío a leer una saga creada por dos genios de la literatura y del arte como Moebius y Jodorowsky: El Incal. Ningún libro, ninguna otra saga de película fantásticas será capaz de jugar con tu cabeza y hacerte volar como lo hace ésta. Más que la Guerra de las Galaxias o el Señor de los Anillos. Mucho más, a otro nivel. Os recuerdo el desafío. Su complejidad ha hecho que no haya sido llevada al cine, al contrario de otros comics tipo El Quinto Elemento, 300 (un tratado sobre acuarelas por cierto), Sin City, Los Vengadores, Walking Dead, Lobezno, V de Vendetta, Hellboy, Watchmen, El Cuervo, El Caballero Oscuro, Beowulf… Sí, todos comics inicialmente.

Y posiblemente de lo mejor que he leído (libros incluidos) puedo citar a La Saga de los Metabarones. De Jodorowsky y Jiménez. Esta sí es imposible de llevar al cine, aunque lo llevan intentando una década. Una genialidad creada por un filósofo loco y un acuarelista que pinta, -no dibuja- imágenes increíbles. Filosofía, arte, crítica social como no se puede encontrar en otro sitio precisamente en un tebeo… Otros fantásticos que puedes leer gratis son La Espada de Cristal, que reflexiona sobre el mal. Peter Pan, en una versión que entretiene a los niños y causa un enorme desasosiego a los adultos que entienden lo que subyace entre líneas. La espiritualidad de El Lama Blanco. La terrible versión que hace Janjetov de la historia de Thor en su fantástica Loki…

Todas estas historias las podéis encontrar en la biblioteca Pública de Ciudad Real, que de cuando en cuando presenta novedades o hace monografías sobre distintos aspectos de esta forme de arte o de literatura. Ahora para las vacaciones de verano son fantásticas. En la planta baja. En la de arriba hay muchos libros de premios Nobel, pero algunas de estas historias son mejores a mi juicio. Más transgresoras. Sin filtro. Son para niños, un género menor, ¿no?

Aprovechad antes de que os acaben de borrar las palabras. En la última trinchera de la última barricada cultural. Algo tan pequeño que escapa a la censura de los poderosos. Pero cuidado, no hay vuelta atrás cuando escoges la pastilla que conduce a la verdad en Matrix. Piénsatelo bien, y si te echas atrás, por favor no difundas el secreto.

 

Foto: rtve.es