Terminamos nuestro pequeño periplo “fashion” a mediados del siglo XX, con la película que me enseñó a cascar un huevo con una mano (“un, dos, tres, crash... otro huevo”) que, curiosamente, es la misma a partir de la cual se convertirían en iconos de la moda “Sabrina”, Audrey Hepburn y Givenchy.
Para empezar, el título de este film, dirigido en 1954 por Billy Wilder, llegaría a utilizarse para dar nombre genérico al tipo de calzado conocido habitualmente como bailarinas (es decir, también se les llamó “sabrinas”) y que el personaje utiliza, por ej., cuando queda con Linus Larrabee, interpretado por Humphrey Bogart, la última noche antes del viaje a París de éste. Incluso el escote barco acabó llamándose en esa época “escote Sabrina”, que vemos, por ejemplo, en el vestido negro de la fotografía, el cual lleva en una de las salidas con el hermano mayor de su querido David (William Holden) , acompañado de un original tocado.
Sería también la película que marcaría el lanzamiento de Audrey Hepburn como referente de estilo (y, de hecho, creo que hay pocas actrices que hayan destilado tanto, daba igual con unos vaqueros que con un vestido de noche). Lo haría unida a un modisto con el que empezaría aquí su colaboración y que se convertiría en una profunda amistad.
Fue un poco fruto de la casualidad porque, en principio, se decidió recurrir a Balenciaga a fin de conseguir diseños auténticamente parisinos, que, demasiado atareado para ocuparse él mismo, se lo encargó a un joven discípulo, Hubert de Givenchy; él, también con una apretada agenda, simplemente pudo mostrar a la actriz, que le había conquistado, varios de sus modelos, de entre los que ella eligió un buen puñado. Lo cierto es que el diseñador francés no se mencionará en el film, ya que los títulos de crédito otorgan el vestuario a Edith Head (la más famosa y premiada diseñadora de Hollywood), hasta el punto que ella recogería el Oscar sin agradecer la colaboración del modisto, lo cual, como es lógico, traería controversia, porque realmente ella se limitó a diseñar los vestidos anteriores al viaje a París de Sabrina. Del resto, eso sí, daría el visto bueno.
Los trajes de esta película son el perfecto reflejo de la línea de moda de los años 50. Ya antes de la guerra las faldas habían empezado a ensancharse, en la búsqueda de reemplazar los rígidos cortes masculinos por curvas femeninas y alegres. Precisamente Balenciaga impuso un estilo totalmente innovador, presentando una línea de hombros caídos, cintura pinzada y caderas redondas.
Pero el gran punto de inflexión será lo que se conocería como New Look, que se iniciará con un desfile de Dior en 1947 con el que se pretende “volver al glamour, el lujo y la femineidad” tras las restricciones de la guerra, en palabras del diseñador. En este desfile, realizado en el salón de la Avenida Montaigne, la periodista Carmel Snow, redactora de Harper’s Bazaar, escribirá en su crónica “es una revolución” y definirá la colección como “new look”, término que, como digo, hará fortuna.
Con cinturas encorsetadas (el conocido como corsé “avispa”), enormes faldas forradas, talles modelados, llegándose incluso a ahuecar el busto y las caderas para que resaltasen más las curvas. La “mujer flor”, que diría Dior, de ahí el nombre de la colección que se presentó aquella tarde, “Corolle”. El famoso vestido blanco con el que Sabrina hace su aparición en la fiesta de los Larrabee no es sino la aplicación práctica de todo esto. Precisamente puede apreciarse la cintura ajustada y esa sobrefalda ahuecada. Igual que ocurre con el traje en tono gris que elige para su vuelta a casa y que consigue que David se fije en ella, si bien, en este caso, se prefiere la falda tubo. Y, por supuesto, el negro que ya les comentaba anteriormente y que he seleccionado como mi favorito de esta película.
Cerramos esta serie y quiero hacerlo con una frase de Audrey Hepburn sobre Givenchy: “Su ropa es la única con la que me siento yo misma. Es más que un diseñador; es un creador de personalidad”. Hacia eso ha evolucionado la moda desde épocas en que era más estándar. Espero que estos artículos lo hayan mostrado un poquito.