¿Recuerdan Uds. la celebrada película El año que vivimos peligrosamente? Pues ahora vamos a reeditar el famoso título de Peter Weir pero en plural; o eso es al menos lo que se barrunta con la llegada al poder del atrabiliario señor Trump. La rajadita sobre las islas artificiales que China construye en el Mar del Sur que se largó días pasados el futuro Secretario de Estado, Rex Tillerson, ha provocado una encendida respuesta de los comunistas, con apelación incluso a un enfrentamiento nuclear por parte de la prensa más forofa y pelota (que es toda, claro está). Mr. Trump no tiene un pase en un montón de cosas, pero lo de los chinitos ya va oliendo; haciendo en todo el mundo lo que se les pone mientras las principales potencias callan como putas ante un régimen totalitario y peligrosísimo, pendientes de los negocietes. Ya veremos lo que les acaba importando a estos tipos la colaboración occidental a su despegue como superpotencia. Acabarán montando un todo a cien dentro de San Pedro.
Y aquí, a lo de siempre: a papar moscas. Ahora sale Patxi (Francisco Javier) López, esa lumbrera, a postularse como conducator del PSOE. Nuncamenospudollegaramasix disputándole la aldea a Cayo Obtusus. Fascinante. ¡El cielo caerá sobres nuestras cabezas, por Tutatis!
Alejandro de la Sota (Pontevedra, 1913-Madrid, 1996) fue un grandísimo arquitecto; uno de los grandes arquitectos del siglo XX, brillante exponente de la Escuela de Madrid, autor de edificios magníficos como el Gobierno Civil de Tarragona, el Gimnasio del Colegio Maravillas o la Fábrica Clesa, ambos en Madrid. En los años setenta levantó para su amigo Enrique Guzmán la casa del mismo nombre: la Casa Guzmán, situada en la urbanización Santo Domingo de Algete. La citada construcción, referente de la arquitectura contemporánea, ha sido demolida por el heredero del Sr. Guzmán para construir en su lugar un engendro pretencioso propio de un nuevo rico salchichero y parvenu, o sea, propio de un hortera sin remisión ni perdón. Perdón que tampoco nunca obtendrá el arquitecto (por llamarle algo) autor del proyecto. Claro que la demolición ha sido perfectamente legal, dado que la Casa Guzmán, ni tan siquiera estaba catalogada; mucho menos protegida. Ha sido tan legal como lo fue en 1999 la de la famosa Pagoda de Miguel Fisac. Suscribo plenamente las palabras del decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José María Ezquiaga: “Hay que trabajar más en pedagogía para sensibilizar a la sociedad de los valores de la arquitectura contemporánea.” Pero no sólo eso, hay que denunciar la falta de trabajo y de sensibilidad de la Comunidad de Madrid, ese ente perfectamente prescindible, que con su política de vuelo bajo y gallináceo, propio de una grouse, permite el expolio cultural (de la cultura de verdad, no el de la gansada subvencionada), mientras se dedica a las actividades propias de su condición: el adoctrinamiento y los impuestos. Esperemos que no corra la misma suerte la Casa Huarte de Ramón Vázquez Molezún y Antonio Corrales, una vez más en venta.
Continuamos lamentando pérdidas en el comienzo del 2017. El viernes falleció a los 89 años William Peter Blatty, autor de El exorcista, 57 semanas en la lista de best sellers del New York Times en 1971 y peliculón mítico. La mejor novela de horror de nuestro tiempo, según Stephen King.
Descanse en paz también Anthony Charles Robert Armstrong-Jones, primer conde de Snowdon, y esposo que fue de la Princesa Margarita, única hermana de la Reina Isabel II.
Y para finalizar, unas felicitaciones: al Orfeón Donostiarra por sus 120 años de vida y al mítica revista de moda Harper’s Bazaar, por los 150.
Sigan con salud.
Foto: abc.es