Cerramos hoy esta serie como el que cierra un círculo, con Shakespeare. Que da como para pensar que se ha convertido en el perejil de todas las salsas. Es lo que tiene ser un escritor universal, que todo el mundo le cita porque es bueno y le conocen en todas partes. Universal, vaya. Pero hoy lo encontramos en una faceta menos habitual, la de poeta. Es curioso que sea así porque era conocido como “el bardo”, que, como bien saben, es sinónimo, precisamente, de poeta. Resulta evidente que lo que más ha llegado al gran público son sus obras de teatro, sin embargo, también escribió mucha poesía. Quizás las más famosas y admiradas son las que componen sus “Sonetos”, 154 poemas sobre un tema más universal aún que él, el amor. Amor, belleza, paso del tiempo, disfrute de la vida... ¿Qué más se puede desear si se va a rodar una película como “Sentido y sensibilidad”? Una estupenda adaptación de una de las novelas más leídas de Jane Austen, dirigida por Ang Lee, un taiwanés que, a pesar de ser oriental, apoyado por el guión de Emma Thompson, captó y mostró genialmente la Inglaterra de principios del siglo XIX. Y es nuestra película protagonista de esta semana.
El título hace referencia a la forma en que afrontan las cosas de la vida dos hermanas: con sensatez y responsabilidad, Elinor, también interpretada por Emma Thompson, y con pasión y sentimiento, Marianne, a la que da vida, nunca mejor dicho, Kate Winslet. Y será la voz de la segunda, como no podía ser de otra forma, la que recite el precioso soneto CXVI. Y se ve que es un poema que tanto sirve para enamorarse como para llorar por el amor perdido. Se cita por primera vez cuando Marianne conoce al que será su enamorado, Willoughby, con el que comparte pasión por la vida y... por los sonetos de Shakespeare. También será el que la joven recite con nostalgia, con la casa de él en el horizonte y su nombre en los labios, mientras una lluvia, la misma que los unió, es ahora testigo de la separación. Muy bonita y emotiva escena (si no le dan ganas de llorar es que no le ha ido mal en el amor). Aquí se lo dejo por si se encuentra en alguna de las dos situaciones o, simplemente, porque quiera disfrutarlo:
Permitid que no admita impedimentos
ante el enlace de las almas fieles.
No es amor un amor que cambia siempre por momentos
o a distanciarse en la distancia tiende.
Oh, no. Es un faro imperturbable que
contempla las tempestades, que nunca se estremece.
Es la estrella que guía la nave a la deriva,
de un valor incalculable, a pesar de tener su altura.
No es juguete del tiempo, aun si rosados labios
o mejillas alcanza la guadaña implacable.
Ni se altera con breves horas o semanas,
sino que aguanta y dura hasta el borde del abismo.
Si es error lo que digo y se me puede probar,
decid que nunca he escrito ni amó jamás el hombre.