miercoles, 4 de junio

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Barricada Cultural

 

The misfits

por Fernando Aceytón Sorrentini

Imprimir noticia

Cuatro años después de la toma de la Bastilla los sans- culotte campan a sus anchas por París; los ideales revolucionarios se condensan en el llamado “terror”, la idea de Robespierre de que “no se trata más que la justicia rápida, severa e inflexible”. El baño de sangre era inevitable, Francia se convirtió en un matadero entre el 5 de septiembre de 1793 y el 24 de julio de 1794.

El 9 de julio de 1793 Charlotte Corday d’Armont, activista girondina, descendiente de Corneille, dirige una carta a su padre disculpándose por abandonar Caen y viajar a Paris, a cumplir una importante misión. Cuatro días después, el 13 de julio, se dirige al número 30 de la Rue des Cordeliers, domicilio del líder de la Montaña, Jean Paul Marat, conocido como el amigo del pueblo (bonito sarcasmo), y tras un breve intercambio de impresiones, le acuchilló certeramente en la bañera en el convencimiento de que estaba salvando a Francia.

La desgraciada moría cuatro días después, el 17 de julio de 1793 en la guillotina. El 5 de abril de 1794 lo haría de la misma forma Danton, y el 28 de julio de 1794 perdería su loca cabecita el mismísimo Robespierre. Y este cuento se acabó.

¿Y a santo de qué viene todo esto? Pues en primer lugar, porque se acerca el aniversario del final de una de los más gilipollescos y sobrevalorados episodios políticos de la historia de la humanidad, que la France de la Grandeur trata de vender como un modelo a seguir.

En segundo lugar, porque me recuerda que siempre existirán salvapatrias, traidores, patriotas, idiotas, locoides, demagogos, libertadores y tiranos. Y porque la historia se repite en forma de farsa.

Y porque el espectáculo al que asistimos desde hace varios meses en este país, protagonizado por una pandilla de solemnes bobos, merece una figurada guillotina en forma de terceras elecciones y un cuchillo de papel en forma de votos, que ponga punto y final a tanta farsa y a tanto tacticismo egoísta, alicorto y patán.

Cincuenta años ya de la muerte de Montgomery Clift (Monty para los amigos). El legado del que fue denominado “la estrella más triste de Hollywood” o “el suicidio más largo de la historia de Hollywood” trasciende el alcohol que trasegó a lo largo de su corta existencia. Fue el primero en encarnar un nuevo prototipo de protagonista masculino: melancólico, introspectivo y reprimido. El que esto suscribe, que prefiere dejar el cine en manos de grandes especialistas como mi amigo José Luis Vazquez, le recuerda en una de las películas más profundamente melancólicas de la historia del séptimo arte: The Misfits (Vidas rebeldes, 1961), dirigida por John Huston con guión de Arthur Miller, a la sazón marido de la protagonista, Marilyn Monroe. La película, que cuenta con una intrahistoria que daría para otro guión, fue la última de la diva y de otro monstruo sagrado, Clark Gable.

El vino de la semana, de la D.O. Rias Baixas, un Albariño maravilloso: Chan de Rosas Cuvée Especial 2015, elegante por dentro y por fuera, va a ser uno de los vinos estrella en un futuro próximo.

Sigan con salud.

 

Foto: moviemovie-guiadepeliculas.blogspot.com (Montgomery Clift, Marilyn Monroe y Clark Gable en The misfits/Vidas rebeldes)