sábado, 20 de abril

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Haciendo las américas

Signos

por Lola Romero (Houston)

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Veamos: he hablado de los huevos de Pascua por lo menos en tres ocasiones, os he contado lo buenísimas que están las torrijas que hace mi marido aquí con los ingredientes disponibles, he enseñado las “bluebonnets” o florecillas típicas de Texas que tanto me recuerdan a los “nazarenos” campestres de La Mancha… También he apuntado que aquí no existen procesiones como en España, y que no es tradición visitar a la familia o irse de vacaciones a la playa, que no hay comidas típicas de estos días como el potaje o el bacalao, y que si un americano ve un nazareno de los de túnica y capirote, pensará que es de alguna rama del Ku Klux Klan.

Así que llega la Semana Santa un año más y haciendo este repaso de temas, creo que no me queda mucho más que contar de estas fechas aquí en Estados Unidos, y no quiero caer en la melancolía de siempre sobre lo que echo de menos las tradiciones de mi pueblo, por eso me he puesto a bucear entre mis notas, y he visto que casi nunca he hablado de religión. Unas pocas menciones aquí y allá, pero nada concreto y extenso. Y eso que a los españoles en esta zona, es un tema que nos sorprende bastante, sobre todo cuando conoces a alguien y te invita a visitar “su iglesia” y escuchar a “su pastor”. Sinceramente, te descoloca un poco.

Y es que Texas y otros estados del sur de Estados Unidos forman lo que se conoce como el “Bible Belt” o cinturón de la Biblia, ya que se trata de estados muy religiosos, conservadores y tradicionalistas. Así se refleja hasta en las leyes: por ejemplo, en Texas no se puede comprar alcohol de ningún tipo los domingos antes de las 12 de la mañana, ya que esas horas se supone que la gente está (o debería estar) en la iglesia. Y las licorerías, donde venden el whiskey o la ginebra, ni siquiera abren en todo el día.

En general, la mayoría de la población en Texas se define como cristiana, aunque me parece curioso que casi nunca mencionan que son “protestantes” a pesar de que lo son. Quizá esto se debe a que hay mil denominaciones: metodistas, baptistas, mormones, luteranos, presbiterianos, episcopalianos, pentecostales, y luego toda una constelación de “non denominational”, o iglesias dirigidas por familias, o personas, o matrimonios, con nombres tan variopintos como “Impact” (Impacto), “The Crossing” (el Cruce), o “Stonebridge” (Puente de piedra). En el lado no protestante, también hay muchos católicos, sobre todo por la influencia y afluencia de mexicanos en estas áreas, pero no superan la suma de las ramas protestantes.

No sé si por tradición o porque es algo cultural, aquí es normal preguntar por las iglesias a los compañeros de trabajo, amigos, y hasta en los grupos de Facebook, que se llenan de recomendaciones de pastores, catequesis, programas… O que te inviten directamente a donde ellos asistan, como decía más arriba. También he visto que los lunes hay quien habla del sermón que escuchó el domingo, o quien dice abiertamente que los martes sale pronto del trabajo porque tiene servicio, o misa, o curso de religión.

Y en esta época del año, por ejemplo, muchos jardines delanteros se llenan de signos como el que veis en la foto. Cruces blancas o mensajes sobre soles que anuncian: “Ha resucitado”. Y se dejan ahí durante meses, anunciando al mundo (y sobre todo a los vecinos) que la familia que habita esa casa tiene algo más que celebrar en Pascua que el conejo y los huevos de dulces o regalitos. Por eso además de esos signos en los jardines, no es raro ver a familias muy arregladas asistiendo a los servicios del domingo de Resurrección y compartiendo después con la comunidad un aperitivo en las, a menudo, extensas instalaciones de las diferentes entidades religiosas.

Con el tiempo, como vengo diciendo en los últimos meses, te acostumbras a todo, y como lo importante es el respeto, y de eso podríamos aprender algo los españoles, hasta valoras ese modo de vida “sin complejos”, sin juicios o prejuicios sobre el vecino de al lado.

Y dicho esto, cumplida la misión de hablar de algo “distinto”, ahora pienso entregarme un poco a la morriña, que ya va para cinco años sin ver una procesión, o hacer un reportaje de costaleros, o escuchar en vivo y en directo alguna marcha de “armaos”…

 

Foto: www.signsofeaster.com