viernes, 29 de marzo

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Estreno en Royal City

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Sing street ()

Director: John Carney

Intérpretes: Ferdia Walsh-Peelo, Lucy Boynton, Jack Reynor, Aidan Gillen, Maria Doyle Kennedy, Don Wycherley, Kelly Thornton, Kyle Bradley, Lydia McGuinness, Mark McKenna, Pádraig J. Dunne, Ian Kenny

Sinopsis: Cuenta la historia de Connor, un chico de 15 años que crece en el Dublín de los años 80, y que tiene la intención de huir de su complicado hogar. Compone canciones para su recién formada banda como una forma de lucha, y juntos realizan peculiares vídeos musicales.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Es curioso, que no infrecuente, diría que más habitual de lo que pueda parecer, lo que me sucede con esta película. Creo saber, y en este caso no me equivoco, qué caminos transita, adónde va a parar, de qué manera y, sin embargo, me vuelve a cautivar la última creación parida por el cineasta irlandés John Carney, el mismo que me deslumbraren su primera aparición tras las cámaras en 2006 con ONCE (UNA VEZ), una modesta y rompedora producción independiente, y con la posterior y más consolidada BEGIN AGAIN, que sin tener en común los mismos personajes de ninguna de ellas, bien podría resultar ésta la antecesora, la génesis músico-profesional de ambas. Pues si la primera hablaba de la supervivencia de un cantautor y la segunda transcurría en torno a la consolidación a la fama, esta va al corazón de la génesis de un cantante, de un grupo musical adolescente. Y es que ya se sabe, no hay más que haberlo pisado en alguna ocasión, que la verde isla lleva la música inyectada en su ADN.

De hecho, algunos han dicho o han querido ver los primeros pasos de U2, otros de Duran Duran, también se puede detectar un toquecito Boy George en el “look” del protagonista, el caso es que con todos ellos y con la filmografía de su autor comparten el “leiv motiv” de la música como bálsamo, como terapia de una realidad circundante no precisamente agradable, también como ha señalado Nando Salvá, como la capacidad que tiene de “poder transformador”. Es inevitable que en algunos momentos me recuerda o remita a aquella joya del Alan Parker de sus comienzos titulada THE COMMITMENTS.

Precisamente otro de sus muchos aspectos destacables es como aborda peliagudas cuestiones sociales –marginalidad, pobreza, alcoholismo, se intuye ligeramente un abuso clerical, separación familiar- con un tono jovial, optimista, tonificante, que la eleva también en esto por encima de tantas de sus coetáneas. Se consigue plenamente que ello no case mal con el espíritu general aparentemente liviano, que no chirríe, que no se muestre en modo alguno empalagoso.

Lo que también comparten estas tres obras de Carney, que parece haberse especializado en un mismo asunto o cuestión temática pero con oportunas y brillantes variaciones, es en lo refrescantes, lo acogedoras, lo tiernas, lo luminosas, lo amables que resultan.

En concreto SING STREET (La calle de cantar… sería más o menos su traducción) tiene la cualidad de ser sencilla y muy bonita a la vez. Finalizada su proyección abandono la sala con muy buen rollo en el cuerpo, en las meninges, en el alma. Exuda alegría por todos sus costados. Se ven pocas propuestas hoy en día que transmitan no voy a decir que valores, porque su vocación no es moralista, pero sí tantos aspectos positivos y alejados de sordideces a veces puede que brillantes, pero otras muchas francamente molestas

Para su mayor gloria, se resiente para mi mayor felicidad de las interpretaciones de un grupo de chavales irresistibles, cautivadores en su peculiaridad, no la que esgrimen esas otras encantadoras criaturas de Burton sino otras más apegadas a la realidad. Es prácticamente obligado destacar al chaval que encabeza esta estrafalaria y  banda, Ferdia Walsh-Peelo y una preciosidad neoyorquina llamada Lucy Boynton, de 22 años en la vida real aunque en la ficción aparente algunos menos. Todos ellos llenan de fuerza, de vida, de luz esta nueva propuesta auspiciada por los todopedorosos productores estadounidenses Hermanos Weinstein.

Maravillosa. No soy quién para dar consejos, pero no deberían perdérsela. 

José Luis Vázquez