viernes, 29 de marzo

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Estreno en Royal City

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Imprimir crítica

Los milagros del cielo ()

Director: Patricia Riggen

Intérpretes: Jennifer Garner, Martin Henderson, Brighton Sharbino, John Carroll Lynch, Queen Latifah, Hannah Alligood, Eugenio Derbez, Kylie Rogers, Gregory Alan Williams, Rhoda Griffis, Kevin Sizemore, Kelly Collins Lintz, Wayne Pére, Judd Lormand, Carla Shinall

Sinopsis: Una chica de 12 años que sufre de un raro y grave trastorno digestivo se encuentra de repente milagrosamente curada tras sobrevivir a un terrible accidente.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 3 estrellas

Soy consciente que es un tipo de cine que, de la misma manera que provoca adhesión inquebrantable por parte de un sector de espectadores, motiva el rechazo de tantos otros.

Constituye un nuevo exponente de postulados cristianos, sermoneadores, inductivos a ciertas confesiones religiosas. Los últimos ejemplos vistos, no me llamaban precisamente al optimismo, pero por tres o cuatro cuestiones, esta vez no solo no me resulta rechazable sino hasta entiendo que está más justificada mi magnanimidad. No creo que haya que precisar que el hecho de no participar de sus premisas, en modo alguno es óbice para reconocerle algunos méritos.

La colega Diana Mangas lo ha expresado bastante bien: “LOS MILAGROS DEL CIELO no cuenta nada nuevo pero sí lo hace de manera más cercana, astuta y envolvente que sus predecesoras, y sobre todo, cuenta con la fuerza atronadora de la interpretación de Jennifer Garner”.

Efectivamente, Garner está espléndida, de lo más convincente en un personaje que podría haber resultado excesivo, moralizante, cargante. Entiendo que gradúa y modula bien sus picos dramáticos, su tono. Ella es una de esas razones positivas a las que aludía.

También que la dirección es eso que nunca acabo de entender muy bien en qué consiste y que se denomina convencional, cuyo término también utilizo a veces pero no tan peyorativamente como otros. Como tal, entiendo una manera de narrar en la que casan los planos, bien montada, creíble en cuanto a sus actores, que se sigue bien vamos. Que no inventa nada bajo el sol, pero que lo que se trae entre manos es expuesto con solvencia, con claridad narrativa.

Podría estar de acuerdo en que tal vez no se caracterice por su sutileza. Pero tan legítimo como el agnóstico o el ateo, es el cine publicitariamente cristiano, creyente, o si prefieren, de manual divulgativo de espiritualidad un tanto de bolsillo, de fe porque sí más que de grandes reflexiones. Nada que ver con el de Dreyer, Bergman o tantos otros grandes que sí han profundizado en todo ello.

De acuerdo, en que hay momentos en el que cae en el sermón más o menos encubierto, en que la música subraya en exceso, bien mediante coros angelicales bien vía bandas modernillas evangelistas. También que la plasmación del milagro del título, del prodigio en cuestión, cae en cierta cursilería y empalago, deja bastante que desear. O que contiene una escena en su parte final a costa de un supuesto no creyente, que resulta más bien prescindible, pero pese a todo eso le concedo mi aprobación. Al menos, no me aburrí un solo instante, me mantuvo distraído.

Es como un telefilme de sobremesa pero con más empaque, lacrimógena pero efectiva, adoctrinadora pero sin provocar repelencia. Además, lo que invoca o proclama, no es precisamente ofensivo sino todo lo contrario. Y quién acaba de afirmar esto es agnóstico. A mí las películas me es indiferente que sean vocacionalmente creyentes o lo contrario, tan solo les pido un requisito, que me gusten. Y luego ya vienen las cavilaciones de todo tipo.

Y seguro, seguro, que un tipo concreto de asistentes, aunque estuviera peor confeccionada, mostrarán sin fisuras su incondicionalidad, tal como señalaba al comienzo de esta reseña. Eso creí advertir. Igual que los que van a ver LIBERTARIAS o 13 ROSAS predispuestos de partida por su coincidente ideología. O pongo mi propio caso, cuando acudo a ver una película firmada por Eastwood, Burton o Spielberg. No es que sean ejemplos comparables… o sí.

 

José Luis Vázquez