miercoles, 24 de abril
miercoles, 24 de abril
Director: Pete Docter y Ronaldo Del Carmen
Intérpretes: Animación
Sinopsis: Hacerse mayor puede ser un camino lleno de obstáculos. También para Riley, que debe dejar su vida en el Medio Oeste cuando su padre consigue un nuevo trabajo en San Francisco. Como todos nosotros, Riley es guiada por sus emociones: Alegría, Miedo, Ira, Asco y Tristeza. Las emociones viven en Cuarteles Generales, el centro de control dentro de la cabeza de Riley, desde donde la ayudan y aconsejan a lo largo de su día a día. Riley y sus emociones intentan adaptarse a su nueva vida en San Francisco, pero el caos se instala en los Cuarteles Generales. Aunque Alegría, la emoción principal y más importante de Riley, intenta mantener una actitud positiva, las emociones chocan a la hora de decidir cómo actuar en una nueva ciudad, un nuevo hogar y una nueva escuela.
Es la mejor película del verano, de varios veranos más y probablemente de ese perpetuo milagro llamado Pixar, aunque mi corazoncito se debata con las igualmente genialoides TOY STORY 3, RATATOUILLE y esos prodigiosos 45 minutos iniciales de WALL-E o esos 10 primeros de UP, con la que esta tiene en común idéntico director, Pete Docter, un cineasta de inagotable y apabullante talento.
Todo en ella, desde el primer segundo hasta el último de los títulos de créditos, es un manantial del que brotan ininterrumpidos borbotones de clarividencia narrativa y temática. Resulta de lo más esclarecedora, didáctica, ilustrativa e inclusive divulgativa sobre los intrincados laberintos de nuestra mente y emociones, de la propia condición humana, plasmados en una cría desde que nace hasta unos 11 años complicados en su interior por diversos cambios físicos y porque se va haciendo mayor.
La manera que tienen sus responsables de plasmar, de hacer gráfico y visible ese mundo emocional es, sencillamente, portentoso. Ya el hecho de concebir el cerebro como un laboratorio, una estación térmica o una gran sala de máquinas a su vez compuesto por diversas salas de control, me parece de lo más revolucionario.
Que sea capaz de mostrarnos una depresión de manera tan brillante y audaz, con esa permanente pugna entre Tristeza y Alegría me provoca asombro y feliz perplejidad. O también me lo genera esa parodia contundente acerca del pensamiento.
No era nada pero que nada fácil plasmar todo esto, este mundo complejo y denso sin caer en el exceso o en el mayor de los ridículos. Docter y su legión de colaboradores, tantos como sensaciones de todo tipo nos invaden al ser humano, son capaces de eso y de muchísimo más. Nos regalan una película compleja, original, humorística, tierna y deslumbrante.
Entiendo que los más pequeños se despisten en numerosas ocasiones, a ellos les resulta más fácil la gracia más ligera y mascada de LOS MINIONS, pero estoy convencido que al cabo de un tiempo, de unos años, muchos querrán volver a ella y entonces la disfrutarán como realmente se merece. Y puede que comprenderán muchas de las reacciones que les embargaba en ese momento de sus vidas, a las que ahora les cuesta dar una explicación, pues no deja de ser como una fotocopia de nuestro interín. Es difícil poder explicarlo mejor que como se hace en DEL REVÉS
Recuerdo una película húngara, pesada y plomiza, de los años 70 cuyo título era y es VIAJE ALREDEDOR DE MI CRÁNEO y recuerdo también aquella imaginativa y refrescante VIAJE ALUCINANTE contemplada en la edad del pavo gracias a una reposición. Es inevitable que traiga la referencia de aquéllas, aunque en el meollo y en lo profundo nada tengan que ver, para preludiar esta gozosa experiencia.
Su título original no puede ser más afortunado y preciso, INSIDE OUT, o lo que es lo mismo, desde dentro y desde fuera, pues desde ambos prismas vamos a asistir a este otro viaje al centro de nuestras neurosis, contrariedades, euforias, cóleras o pavores. O lo que es lo mismo ASCO, TRISTEZA, ALEGRÍA, IRA y MIEDO. Un quinteto básico, fundamental que rige nuestra existencia, acompañado por un ingente acompañamiento de otras manifestaciones secundarias pero igualmente relevantes. Aquí traducidas en unos secundarios que causan en algún momento el desternille y el alborozo.
Un equipo formado por más de 270 personas no nos podía hacer mejor regalo en el vigésimo aniversario de Pixar, la filial autónoma de Disney que se vuelve a mostrar –en realidad nunca dejó de hacerlo, aunque apaciguara un poco de intensidad- en inmejorables facultades técnicas y, lo que es más importante, artísticas.
Y por favor, esperen a los créditos finales, pues si no fuera así se perderían otro cachito de lo más goloso.
Una gozada en toda regla.
José Luis Vázquez
