viernes, 26 de abril

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Estreno en Royal City

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Una noche para sobrevivir ()

Director: Jaume Collet-Serra

Intérpretes: Liam Neeson, Joel Kinnaman, Ed Harris, Vincent D'Onofrio, Genesis Rodriguez, Boyd Holbrook, Common, Holt McCallany, Malcolm Goodwin, James Martinez

Sinopsis: Al veterano mercenario Jimmy Conlon (Neeson), conocido como El Cavatumbas, lo persiguen los crímenes del pasado, pero tambien el policía que le ha seguido la pista durante 30 años. Cuando se entera de que su hijo Mike (Kinnaman) corre peligro, Jimmy tiene que elegir entre el clan criminal al que ha pertenecido siempre y su familia, a la que había abandonado hace mucho tiempo. Sólo dispone de una noche para averiguar a quién debe su lealtad.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Las películas, en su derivado de thrillers para mayor precisión, junto con la incrustación de alguna comedia extravagante que transcurren prácticamente durante una intensa jornada nocturna han dejado al aficionado al Séptimo Arte magníficos exponentes. Desde SIN CONCIENCIA hasta ¡JO… QUÉ NOCHE!, pasando por CON LAS HORAS CONTADAS, su “remake” MUERTO AL LLEGAR o LA PRUEBA DEL CRIMEN, la lista es extensa.

A ese nutrido grupo se une ahora UNA NOCHE PARA SOBREVIVIR, el mejor de los cinco trabajos norteamericanos (entre medias rodó uno con coproducción hispano-británica, GOOOL 2: VIVIENDO EL SUEÑO), prácticamente toda su trayectoria, del español –catalán para más señas- Jaume Collet-Serra, un concienzudo profesional que se marchó jovencito a Hollywood con el sueño en la mochila de poder llegar a rodar algún día un  “blockbuster”. Ya ven, los sueños a veces se cumplen con creces… sobre todo en la tierra de las oportunidades.

Pues bien, desde la eficiencia, la mejora constante, la pericia, la preparación profesional, ha ido poco a poco haciéndose un respetable hueco en la industria y mejorando con cada trabajo. Su debut y tercer largometraje, LA CASA DE CERA  y LA HUÉRFANA, pertenecen al más genuino género terrorífico, saliendo bastante airoso -sobre todo de la segunda- de ambas incursiones. A partir del cuarto, comenzó su colaboración con el gigantón y excelente actor irlandés Liam Neeson que ha fructificado en tres policíacos, a cual mejor: SIN IDENTIDAD, NON-STOP (SIN ESCALAS) y el que aquí me ocupa.

Con este ha logrado una perfección considerable. Técnicamente me parece deslumbrante. De puesta en escena intermitente y felizmente efectista, manierista si quieren y ritmo permanentemente frenético, no deja de ser una actualización de la tragedia griega en terrenos gangsteriles neoyorquinos.

Precisamente, la Gran Manzana vuelve a resultar un decorado natural inmejorable, al que Collet-Serra potencia mediante una descripción caótica, abigarrada, un tanto decadente y rebosante en luces de neón.

Tan fundamental adorno sirve para recubrir una historia de fuste, con peso, con garra, no precisamente novedosa pero expuesta tirando de precisión y clasicismo, a la que agradezco que no recurra a molestos tonos auto paródicos o seudo modernismos. Si a ello le suman unas secuencias de acción francamente brillantes, en las que apenas se concede tregua, pero sabiamente alternadas con otras explicativas de la acción y las relaciones de los personajes, el cóctel no puede sino ser de lo más gratificante.

Y es que el meollo argumental y descriptivo de los personajes, ya digo que no tiene desperdicio. Por resumir, la cosa va sobre lealtades inevitablemente truncadas, afectos demandados, reconciliaciones familiares, recuperaciones de la propia estima o segundas o últimas oportunidades… Y de venganzas claro, en la onda del cine que vienen proporcionándonos en los últimos tiempos su principal protagonista.

Neeson vuelve a estar inmenso en un registro que lleva perfeccionando desde su primera aparición como “action man” en la celebrada y taquillera VENGANZA. Curiosamente, el sobrenombre del pistolero que vuelve a encarnar aquí, el Cavatumbas, enlaza con su anterior y estimable aparición, CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS.

Atención también al antagonismo ofrecido por ese actor siempre magnífico llamado Ed Harris, debatiéndose para la ocasión entre su fidelidad a la amistad o a la más sanguínea pese a no sentirse precisamente orgulloso de la misma.

Me da exactamente igual que a muchos les pueda parecer exagerada la calificación otorgada, pues el cine no es una cuestión numérica sino de mera satisfacción… y la que me proporciona esta joyita del “noir” les aseguro que fue considerable durante su proyección. 

José Luis Vázquez