viernes, 29 de marzo

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Estreno en Royal City

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Caravana de mujeres ()

Director: William A. Wellman

Intérpretes: Robert Taylor, Denise Darcel, Hope Emerson, John McIntire, Julie Bishop, Lenore Lonergan, Henry Nakamura, Marilyn Erskine, Beverly Dennis, Renata Vanni, Pat Conway

Sinopsis: A mediados del siglo XIX, un guía de caravanas (Robert Taylor) recibe el encargo de conducir a un grupo de mujeres desde Chicago a California. A partir de Independence (Missouri) tendrán que recorrer cinco mil kilómetros cruzando las montañas de Utah y el desierto californiano, en un viaje lleno de penalidades que constituye una auténtica odisea. El objetivo de la caravana es llegar a un valle habitado por un grupo de solteros solitarios que buscan esposa.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Para quienes todavía opinen que el western es un género exclusivamente masculino, les aseguro que esta película puede provocar que cambien radicalmente de opinión. Podría citar también JOHNNY GUITAR de Nicholas Ray. O ENCUBRIDORA. de Fritz Lang. Constituye todo un canto a la heroicidad, al tesón, a la voluntad, a la brega, a las enormes capacidades, al esfuerzo de las mujeres pioneras, sin las que obviamente el Lejano Oeste no hubiera sido posible.

Curiosamente, su director, William “Salvaje” Wellman (MÁS ALLÁ DEL MISSOURI, CIELO AMARILLO, INCIDENTE EN OX-BOW), no se solía caracterizar por tener buenas relaciones con sus actrices, o si lo prefieren, se sentía mucho más cómodo con los actores. Se refería a muchas de ellas como demasiado divas o prima  donne. Por eso, cuando este proyecto de Frank Capra llegó hasta sus manos, sus reticencias fueron considerables. No era para menos, un rodaje casi exclusivo con más de 100 mujeres. Finalmente, continúo adelante para beneficio de los amantes del Séptimo Arte, o si lo prefieren, de quien que está escribiendo esto.

Inicialmente la historia tiene su origen en un episodio real de unas mujeres sudamericanas que habían formado un convoy para trasladarse a un asentamiento minero formado exclusivamente por hombres. La intención primera y prácticamente única, crear parejas, con vistas la mayoría de ellas a repoblar el lugar. Trasladen este argumento a las praderas estadounidenses, cuando se estaba forjando la creación de un país, de un imperio y tienen ya la corteza fundamental de ese relato titulado en su origen PIONEER WOMAN, rebautizado para la gran pantalla como WESTWARD THE WOMEN.

En España tuvo una relevancia especial, pues tras uno de los pases emitidos en TVE, concretamente en 1985, cuando los hombres solteros de la localidad oscense de Pla la contemplaron  decidieron organizar una moderna caravana de mujeres que acabó saldándose con un más que respetable éxito. Intentonas posteriores no alcanzarían idénticos resultados.

Bien podría ser considerarla como una “road movie” plagada de carretas. Son cinco mil kilómetros de ruta plagados de peligros de todo tipo y en los que la muerte acaba erigiéndose en una compañera habitual y a veces brutalmente sorprendente. Lluvia, polvo, arena, vientos cactus, los elementos climatológicos y naturales acaban constituyendo un elemento principal de este itinerario n no solamente físico sino emocional. Y tareas como sacudirse la suciedad del camino, manejar mulas, remontar parajes de lo más agrestes, superar las pérdidas más queridas o manejar el revólver acaban resultando hábitos cotidianos.

Ese grupo de mujeres decidas y valientes, de temperamentos diversos, son conducidas por un guía de lo más duro y un tanto misógino. Entre las primeras pueden encontrarse a la bella Denise Darcel, a Julie Bishop, Lenore Lonergan o la fornida Hope Emerson, la cual había puesto en serios aprietos a Spencer Tracy un par de años antes en la memorable comedia LA COSTILLA DE ADÁN.

El segundo lleva la piel rocosa y el “perfil perfecto” de ese inmenso actor y galán llamado Robert Taylor, una de las indiscutibles estrellas hollywoodenses de los años 30, 40 y 50. Aquí se lo van a encontrar con 41 años, en plenitud de facultades de todo tipo.

Wellman dirige a todos con la imponente energía que era habitual en él. Ha sido otro de los grandes narradores con los que ha contado la Historia del Cine. Va al grano cuando tiene que ir, resulta sintético, tira de elipsis si es necesario y despliega un ritmo vigoroso para contar pasajes de todo tipo, muestra igualmente un saludable sentido del humor y transmite emoción… pues podrán comprobar que contiene mucha, pero de la queda, de la que no resulta vocinglera, la que no tiene que recurrir a innecesarias sensiblerías. Como muestra, la manera con la que teje la relación entre Taylor-Darcel, de lo más agresiva inicialmente y, paulatinamente, confeccionada a base de pequeños gestos que derivarán en lo que va resultando inevitable.

Una libre, particular y moderna traslación de LA ODISEA homérica trasladada a paisajes que han sido los mantenedores de la verdadera épica del siglo XX. Una obra maestra, vamos.

 

José Luis Vázquez