martes, 16 de abril

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Estreno en Royal City

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No hagan olas ()

Director: Alexander Mackendrick

Intérpretes: Tony Curtis, Claudia Cardinale, Sharon Tate, Robert Webber, Joanna Barnes, Edgar Bergen, Dub Taylor, Jim Backus

Sinopsis: Un apuesto joven llega a las soleadas playas de California sin dinero, pero con mucho encanto que ofrecer.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

El vividor, parlanchín –y excelente actor y comediante- Tony Curtis causando estragos entre jovencitas y no tanto, entre mujeres rutilantes y de armas tomar, entre rubias y morenas, en las soleadas playas californianas. Esa sería una forma frívola de indicarles de qué va NO HAGAN OLAS, una magnífica sátira de ese gran cineasta bostoniano de origen escocés Alexander Mackrendrick (EL QUINTETO DE LA MUERTE), cuya breve pero rutilante carrera transcurriría  a caballo entre el cine británico y el hollywoodiense. Uno de los grandes renovadores del género durante los 50 y 60.

Tan solo filmaría diez títulos y, lamentablemente, este constituyó el broche final a tan destacable filmografía.

Su agudo y penetrante punto de vista (la secuencia de la casa rodante es una metáfora digna del mundo que retrata) nos regala una ácida comedia y su correspondiente bicarbonato que refleja perfectamente el espíritu de una época, un lugar y hasta de una sociedad (hace 50 años los norteamericanos ya hablaban con desparpajo de especulación inmobiliaria) de lo más banal, superficial. Pese a ese mencionado espíritu renovador, siempre lo fue desde/manteniendo una factura clásica a la hora de rodar, en este caso, bebiendo en el enredo más típico y guasoncete. El mismo más bien habría que buscarlo más en sus puntos de vista y la tela corrosiva con los que solía tratar estos argumentos.

Y ese tono aparentemente ligero que aquí despliega y que constituye una de sus principales cartas de presentación puede suponer hoy en día uno de sus mayores reclamos, pues bajo el mismo esconde una considerable carga de profundidad crítica. Para mayor adorno, por momentos recupera el ritmo de las mejores “screwball comedy” de los 30 y 40.

Para ubicarse aún mejor, hay que acudir a la ficha técnica de sus guionistas, tres especialistas en enredos de todo tipo con un cariz siempre humorístico: Ira Wallach (CAMAS SEPARADAS UNA VEZ A LA SEMANA), en una de cuyas novelas está basado el libreto, Maurice Richlin (sin figurar en los créditos finales, brillante y habitual colaborador de Blake Edwards, OPERACIÓN PACÍFICO y LA PANTERA ROSA) y George Kirgo (PELIGRO: LÍNEA 7000).

Disfrutar de las presencias, contorneos y esculturales cuerpos de la malograda Sharon Tate (se agradece verla relajada y divertida, pues dos años después sería brutalmente asesinada por Charles Manson) o la imponente Claudia Cardinale, es uno de los innumerables alicientes de esta feliz, inteligente y luminosa comedia de arena y barro moral.

Como también constituye otro disfrute la canción inicial, la de los créditos, debida a uno de los mejores grupos estadounidenses del momento, The Byrds, compuesta por Chris Hillman y Roger McGuinn.

Creo sinceramente que está un tanto injustamente olvidada y que no ha sido valorada como se merece, así que cualquier ocasión de proyección o emisión es una magnífica excusa para recuperar una de las tantas perlas del cine de los 60 hoy en día perdidas en la bruma del tiempo y en la falta de exhibición en las televisiones. Menos mal que el dvd y el blu-ray nos están permitiendo recuperar a espuertas joyas como esta.

 

José Luis Vázquez