viernes, 19 de abril

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Estreno en Royal City

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Imprimir crítica

Guillaume y los chicos, ¡a la mesa! ()

Director: Guillaume Gallienne

Intérpretes: Guillaume Gallienne, Françoise Fabian, Yves Jacques, André Marcon, Diane Kruger, Nanou Garcia, Yvon Back, Pierre Derenne, Catherine Salviat, Reda Kateb

Sinopsis: Película biográfica con toques de comedia sobre el cineasta y artista Guillaume Gallienne. Se centra sobre todo en la estrecha relación que tenía con su madre. Un recorrido por las emociones, los recuerdos y la familia.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Un comienzo inequívocamente teatral ya pone en situación, avisa que nos vamos a sumergir en una representación de tal especie, aunque matizo, adaptándose perfectamente a las mejores y más cuidadas formas cinematográficas.

Puede que su arranque les provoque curiosidad, perplejidad, inclusive cierta pereza en dejarse arrastrar por lo expuesto, pero va de menos a más hasta alcanzar un final sorprendente.

Es uno de esos trabajos arriesgados que pueden amar incondicionalmente o se les puede atragantar. En cualquier caso, es cine atrevido, original, sorprendente, con un sentido del humor un tanto especial.

Pero cuidado, tras esa máscara aparentemente liviana toca asuntos importantes y de alto riesgo para la supervivencia emocional del individuo. Y ya no me refiero únicamente a cuestiones más obvias acerca de la identidad sexual.

Concebida originalmente como monólogo teatral en 2008, estructura que en parte conserva en su traslación a la gran pantalla, lo que cuenta son retazos de la propia vida, de la juventud más bien, de su autor, el humorista, protagonista y director Guillaume Gallienne, en el que constituye su debut en esa última faceta.

Trata de su tortuoso, sufrido y gracioso camino hasta averiguar su propia orientación respecto a los chicos… y no desvelaré mucho más, por respeto a ustedes.

Gallienne, un intérprete de registros histriónicos, al que pudimos ver en alguna entrega de ASTÉRIX o en la preciosa EL SEÑOR IBRAHIM Y LAS FLORES DEL CORÁN, lleva a cabo una catarsis en toda regla que no resulta plomiza, pese a algún ligero desmayo de ritmo o reiteración.

Las situaciones pintorescas y las risas surgen en este caso desde el dolor alejado de cualquier atisbo de autocomplacencia. Me hace pasarlo bien con sus peripecias, algunas provocadoras de carcajadas, como la alusiva al aprendizaje de sevillanas.

Encarna dos personajes, el atribulado protagonista, su alter ego y a su madre, pero en ninguno, sobre todo el que más riesgo comprometía, en el de su progenitora, no cae en la caricatura ni en el exceso, aunque evidentemente choque y genere cierto desconcierto.

Es un poco lo que pasa con esta película, desconcierta y descoloca, muchas veces deja un poco fuera de juego, pero esa es también una de las misiones del Séptimo Arte.

Por otra parte, no deja de ser un psicodrama en el que el paciente-creador no deja de reírse de sí mismo y mostrar una faceta de guasón altamente reconfortante.

Resulta diferente… y no me refiero al hecho tan solo de las propias inclinaciones del protagonista. Es, como ha manifestado un colega, “una de las más peculiares historias de autodescubrimiento sexual”.

 

José Luis Vázquez