martes, 30 de abril

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Estreno en Royal City

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Thi Mai, rumbo a Vietnam ()

Director: Patricia Ferreira

Intérpretes: Carmen Machi, Adriana Ozores, Aitana Sánchez-Gijón, Dani Rovira, Luis Bermejo

Sinopsis:
Narra la odisea de Carmen, una mujer que, tras perder a su hija en un accidente, recibe una carta que le anuncia que se le ha concedido la adopción de una niña vietnamita. Acompañada de sus dos mejores amigas, Elvira y Rosa, que nunca han salido de España, viajarán hasta Asia para encontrarse con la cría y con situaciones complicadas, exóticas y rocambolescas que sacarán a la luz los aspectos más peculiares de sus distintas personalidades. Andrés, un actor español que ha ido hasta Hanoi para vivir con su pareja y un guía turístico formarán parte también de la aventura. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 2 estrellas

Me gusta mucho, muchísimo el cine sentimental y si va aderezado con unas gotas de comedia, mejor aún, pero el problema es que el primero acabe reduciéndose a su vertiente peyorativa, más sentimentalona, y los apuntes humorísticos se encuentren ya demasiado manidos. Es lo que le pasa con el último trabajo de la otrora prometedora (SÉ QUIÉN ERES, EL ALQUIMISTA IMPACIENTE, PARA QUE NO ME OLVIDES) Patricia Ferreira.

Apela al corazoncito de todos pero de una manera muy “facilona”, superficial (o epidérmica si prefieren algunos… que queda más cultureta). Y se vuelve a demostrar que no basta con tener un trío de buenas actrices y algunos buenos actores para conseguir algo verdaderamente apreciable.

Supongo que serán muchos los que conozcan su argumento dada la generosa publicidad hecha por su productora Atresmedia (y conste que no me refiero a ello de manera peyorativa, la publicidad es esencial a la hora de hacer llegar los trabajos a los espectadores, que se lo digan a tantas películas pequeñas y magníficas que no tienen esa oportunidad). Una mujer, Carmen, trata a toda costa de que le otorguen la custodia de una niña vietnamita que había adoptado su hija poco antes de fallecer en accidente de automóvil.

Tal vez en el apartado en el que naufrague meno sea en alguna que otra humorada a costa de las peculiaridades del personaje de Ozores (qué buena intérprete). Incluso Rovira vuelve a aportar alguna ocurrencia, pero aquí mucho más diluidas que en anteriores apariciones (estoy pensando en sus dos mejores aportaciones hasta la fecha, 100 METROS y OCHO APELLIDOS VASCOS).

Destacar dos aspectos, uno positivo y otro negativo. Los autóctonos, el autóctono en cuestión (un creíble Eric Nguyen), también está muy creíble Pedro Casablanc como marido de Machi), no está trazado de manera folklorista sino con respeto (de hecho hay una frase que alude a que el vietnamita no puede ser un pueblo nada tonto cuando han ganado dos guerras a enemigos poderosos), al contrario de lo que hacen a veces algunas producciones norteamericanas cuando ambientan sus propuestas en países fuera de su ámbito anglosajón (que se nos diga a nosotros).

El menos favorecedor es que no puedo por menos recordar por ejemplo las comedias románticas turísticas del Hollywood de los 50, títulos como LA COLINA DEL ADIÓS o EL MUNDO DE SUZIE WONG (por no hablar de CREEMOS EN EL AMOR) y hay que ver el buen tino y gusto que tenía para filmar escenarios y localizaciones naturales foráneas, cuestión que aquí aunque siempre vistosa resulta rutinaria. No se le saca a los ambientes y situaciones el partido deseado, por mucho que traten de introducir una persecución en bicicleta por las calles de Hanoi o una excursión a un arrozal.

Ante este tipo de proyectos no cabe tanto reprocharle nada en su carcasa, que tampoco es para tirar cohetes (discretita, profesional) sino en lo que a su sustancia se refiere.

En cualquier caso, este es un tipo de cine ligero y de uso y consumo digerible, que bien podría llegar a un respetable número de espectadores, aunque advierto cierto cansancio generalizado. Veremos cómo responde la taquilla.

Y eso sí, si quieren ver una buena película, española también, sobre el asunto de fondo aquí expuesto, intenten recuperar una producción de hace tres años que pasó injustamente desapercibida, titulada precisamente LA ADOPCIÓN y dirigida, basándose en experiencias personales, por Daniela Féjerman.

José Luis Vázquez