sábado, 27 de abril
sábado, 27 de abril
Director: Paul W. S. Anderson
Intérpretes:
Milla Jovovich, Li Bingbing, Ali Larter, Ian Glen, Shawn Roberts, Ruby Rose, Eoin Macken, Willian Levy, Fraser James, Rola
Sinopsis: La humanidad está agonizando tras la traición sufrida por Alice a manos de Wesker. Alice deberá regresar a donde la comenzó la pesadilla -Raccoon City-, ya que allí la Corporación Umbrella está reuniendo fuerzas antes de un último ataque a los últimos supervivientes del apocalipsis. En una carrera contra el tiempo, Alice tendrá que unir fuerzas con viejos y con un inesperado aliado en una batalla contra hordas de zombis y nuevos monstruos mutantes. Será la aventura más difícil de Alice para salvar a la humanidad, que está al borde de la extinción.
Es la enésima secuela de RESIDENT EVIL, subtitulada –no me lo creo- CAPÍTULO FINAL (THE FINAL CHAPTER). Ya verán cómo habrá alguna otra entrega titulada RESURRECCIÓN o CAPÍTULO FINAL. 2ª PARTE. O yo qué sé que se inventará tanto productor legítima pero tristemente mercantilista, sobre todo mientras haya afición o clá que jalee sus productos.
Abandono la sala faltando diez o quince minutos. Llego a un punto que me importa tres narices el destino de la guerrera medio híbrido Alice, de los perversos regidores de la desalmada corporación Umbrella o de todos esos desesperados gritones con cara de estreñimiento acelerado.
Y fíjense que el primer título de esta saga, también dirigido por Paul W. S. Anderson no solo no me desagradó sino que me entretuvo. Creo que ha sido de lo poco decente que he visto respecto a adaptaciones de vídeo juegos, junto con la de SILENT HILL. Y sin que tampoco me hayan generado un entusiasmo arrasador.
Pero este millonésima sensación de que lo que estoy viendo era lo denominado en la Prehistoria máquina de marcianitos, me vuelve a desesperar. Ahora toca explosión, ahora avalancha, ahora disparos a tutiplén a cuál más imposible, ahora me cargo a mil de una tacada…. Desesperante, de verdad. Y por favor, quede claro que me gusta este tipo de cine, el de acción y cualquier otro, pero no a este precio, en el que tengo la sensación de lo apuntado anteriormente, que tratan al espectador como mera mercancía. Pero claro, mientras este lo consienta o se deje, nada que objetar. Cada uno sabrá perfectamente lo que quiere ver.
En cambio producciones minoritarias, plenas de encanto, originalidad, poesía y sensibilidad como LA TORTUGA ROJA discurren por la cartelera abandonadas, sin voto de confianza, sin una mínima y decente taquilla que echarse a las faltriqueras. Es signo de los tiempos. No por ello dejaré de revelarme.
Lo que suelo decir en estos casos, aquí a propósito de esta sexta aparición de los RESIDENT… ¡a quién corresponda! Si no fuera por el deber profesional ni tan siquiera hubiera asomado la nariz. Ah, y lo de siempre, ¿es muy atronadora y frenética? ¿Está mal hecha? Sí a lo primero y no a lo segundo. ¿Y qué? Además, es de las que me sé de pe a pa sin hacerme gracia alguna ni provocarme ningún otro estímulo.
José Luis Vázquez
