viernes, 29 de marzo

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Barricada Cultural

 

Adaptación o resignación

por L. Mariano Carmona Rodríguez

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Si consultamos el significado de resignación en diccionarios de contrastada reputación, como el de la Real Academia Española, encontramos definiciones de este tipo: “Conformidad, tolerancia y paciencia en las adversidades”, o esta otra: “Capacidad de aceptación de las adversidades”. Ambas definiciones tienen connotaciones positivas, y parece que sinónimos de aceptación, pero no es lo mismo, hay una gran diferencia que se traduce en salud y bienestar, resignarse no es saludable, aceptar si lo es.

Resignarse significa no asumir de manera voluntaria y respetable la realidad, sino de una manera sumisa. Bajar los brazos y rendirse. Aunque resignarse sea ir en contra de nosotros mismos, de nuestros principios y sistema de valores, nuestro espíritu lo sabrá y éste, no se resigna, peleará internamente.

Pongamos un ejemplo, una pareja donde José siempre acepta acompañar a María a todos sitios, sean de su agrado o no, a algunos de esos sitios José irá porque no se atreve enfrentarse a María o porque ella no acepta un no por respuesta. De cualquiera de las maneras, José vive resignado a las decisiones de María, de las que muchas, ni disfruta ni acepta. Por otro lado tenemos a Juan, que pese a que suele acompañar a Ana, a veces no lo hace porque no le apetece o porque prefiere hacer otras cosas, cuando es así, Ana acepta sus decisiones, no las discute porque sabe que si la acompaña, aunque no le apetezca, suele disfrutar las visitas porque se adapta a ellas. No se resignan ninguno de los dos, aceptan y disfrutan tanto si se acompañan como si no lo hacen.

Resignarse o aceptar, pese a la similitud de los términos no es lo mismo. Si no podemos cambiar la realidad, podemos aceptarla, aunque sigamos buscando caminos alternativos para poder hacerlo, no es que disfrutemos de las adversidades y el dolor, sino que en el centro de un problema, manejaremos la información para cambiar la realidad o poder salir de ella.

La aceptación además, no significa acomodación o adaptación, es un término más rebelde a niveles profundos, es una lucha puede que en silencio y mientras cambio (la realidad o mi interior), busco las soluciones. Si me resigno en cambio, ni acepto ni busco, sólo es mi espíritu quien no se resigna, pero como estamos en una sociedad muy mental y muy poco espiritual, quizás nunca sea consciente de esto. Viviré resignado que es casi como decir, viviré amargado.

Las grandes potencias, los gobernantes mundiales, los superpoderosos de la globalización negativa quieren que nos resignemos ante ellos, buscan el sometimiento a su poder contra el que nada podamos hacer, la depresión del pueblo. En cambio, los rebeldes, los que protestan, los que no se resignan,

muchos de los cuales estamos adaptados, aceptamos su poder si, pero no consentimos la resignación, luchamos contra todo exceso de poder establecido. Soy pequeño, lo acepto, pero no me resigno a ello y sueño y busco la manera de ser grande. Soy el caballo de Troya que acepto la derrota, pero sólo para poder luchar desde dentro y cambiar los términos, yo seré el vencedor final.