jueves, 25 de abril

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Barricada Cultural

 

Del Orinoco al Támesis

por Fernando Aceytón Sorrentini

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“Mi estilo personal se basa en intentar adaptarme a los distintos lugares y situaciones. Cuando llego a un nuevo destino, lo primero que busco es una sastrería donde poder hacerme trajes a medida apropiados para el clima local.”

“Lo último que he comprado ha sido un juego de té de plata de Christofle de principios del siglo XX con un samovar estupendo. Lo vi en un anticuario en un viaje reciente a Bogotá y ahora lo están restaurando en un taller de platería de Caracas.”

“Recientemente he añadido a mi guardarropa un esmoquin tropical de mi sastrería caraqueña, Marcos Parra.”

“Soy maniático con el té. Hace años que tengo mi mezcla personalizada de chai con un toque de chocolate que me preparan en masquecafe.es y me envían a cualquier país del mundo.”

Y la traca final: “Mi último descubrimiento ha sido un restaurante de Caracas, La Esquina, remanso de paz en medio del ambiente caótico de la ciudad.”

Ambiente caótico. En Caracas. Sí señor, con un par. Las anteriores frases no son mías, lo juro. Ni tampoco son de algún personaje de novela de realismo mágico. Las ha pronunciado el Primer Secretario de la Embajada Española de Venezuela. A lo mejor han llegado a oídos u ojos de Maduro y así se explica la expulsión de nuestro Embajador. La verdad es que con gente así representándonos por el mundo y velando por nuestros intereses, no sé Uds., pero yo me siento mucho más tranquilo.

La verdad es que pudiendo beber de la fuente, del original, encuentro absurdo acudir al remedo y a la copia. Puestos a pretender vivir un tiempo que ya no existe, es mucho más excitante y divertido acudir en busca de Reginald Jeeves, el mítico valet de chambre, que no Butler o mayordomo (según matiza mi admirado Eduardo Torres-Dulce) de Bertie Wooster, el señorito al que sirve y del que se convierte en sombra protectora. Ambos personajes salidos del caletre de P.G. Wodehouse (1881-1975), otro personaje en sí mismo. Banquero comediógrafo, letrista, guionista de cine……, pocos escritores han retratado con mayor ironía y elegancia el cambio de costumbres y de vida de los estertores de la etapa eduardiana, los años 20 y la transición a la modernidad de la alta sociedad británica, algo que retrata magistralmente la serie británica Downton Abbey. Hay crítica social en Wodehouse pero siempre pasada por el filtro de un humor tan fino como corrosivo y hay calidad literaria para convertir las caricaturas de personajes e instituciones en un divertimento desaforado. Wodehouse forma parte de una gran familia inglesa: Swift, Dickens, Wilde, Chesterton, Saki, Evelyn Waugh o Tom Sharpe: ironía fina, atmósferas selectas y un dominio magistral en la configuración de situaciones. Mr. Jeeves comenzó su andadura en 1915 y se jubiló en el año 1974 con una novela titulada Las tías no son caballeros. Todas las descacharrantes aventuras de Wooster y Jeeves son absolutamente recomendables, pero Wodehouse no sólo es Jeeves, también tiene varias series como la de los Blandings o la dedicada a las historias de golf titulada “dieciocho agujeros”. Su primer libro, titulado Amor y gallinas (1906), ya auguraba lo que estaba por llegar y llegó con el libro con el que alcanzó notoriedad: El inimitable Jeeves (1924). Por mi parte, recomiendo ¡Pues vaya! Lo mejor de Wodehouse, publicada en el año 2000 al cumplirse el 25º aniversario de su fallecimiento y con prólogo de Stephen Fry, es una extraordinaria selección de relatos que en nuestro país se encuentra en el catálogo de Anagrama (2008).

Como vino recomendado esta semana, uno de mis favoritos: Pago de Vallegarcía Viognier 2015. El proyecto emprendido hace 20 años por Alfonso Cortina en los Montes de Toledo (Retuerta de Bullaque), en el área de influencia del Parque de Cabañeros, y cuyo desarrollo fue encomendado al profesor australiano Richard Smart, es la constatación de que las uvas francesas pueden ser felices en España. Me encanta la Viognier, una uva extraña, de orígenes inciertos (aunque algunos sostienen que fueron los romanos quienes la introdujeron en el Ródano), y de difícil viticultura, aunque con enorme potencial para elaborar vinos finos. El vino que traemos a estas líneas es un vino complejo, elegante y sorprendente, intenso en nariz y untuoso en boca. De él se dice que tiene nariz de blanco y boca de tinto. Pruébenlo con productos de esta tierra manchega: quesos curados y escabeches. Una gozada asequible y una experiencia muy, muy agradable.

Sigan con salud.

 

Foto: thefamouspeople.com